domingo, 13 de abril de 2014

"La Piedad" invita en silencio a la reflexión y al perdón

La Semana Santa es tiempo de conversión, de realizar un alto en el camino y reflexionar sobre nuestra relación con Dios, con los demás y con nosotros mismos. Eso es lo que ayer pudieron hacer cientos de personas durante la Procesión de Piedad y Reconciliación, un acto de penitencia y confesión mediante el que los palentinos se prepararon para comenzar la Semana Santa libres de pecado y con el perdón de Dios.
El recorrido, organizado por la Hermandad Franciscana de la Virgen de la Piedad, partió de la sede de la cofradía en la iglesia de San Agustín para dirigirse al barrio de San Antonio. Se trata del segundo año que la procesión llega a esta zona de la capital desde que en 2005 se celebrara por primera vez, ya que nació con la idea de acercarse a todas las zonas de la  ciudad. Todos los barrios han acogido esta procesión, aunque la intención de los franciscanos es que en los próximos años llegue a la parroquia de El Salvador, que no albergado este acto.
En la procesión, una vez más reinó el silencio y la austeridad, que solo fue roto por el sonido de un tambor y de las carracas que marcaban las paradas en el recorrido. La imagen titular de la cofradía, la Virgen de la Piedad (Hermanos Martínez, 2004) esperó en la puerta de San Antonio, mientras cientos de fieles se prepararon para recibir el sacramento de la Penitencia.
Para ello, una veintena de sacerdotes ayudó en las confesiones, antes de reanudar de nuevo el camino hacia la iglesia de San Agustín.
Una vez en el templo, la talla de la Virgen que sujeta el cuerpo sin vida de su Hijo fue despedida con el canto de la Salve popular, un emotivo acto como culmen de la jornada vivida por todos los presentes.
Para la hermana mayor de La Piedad, Isabel Pérez, esta procesión es el inicio del sentido que tiene la Semana Santa.




Fuente: Diario Palentino

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