La Cuaresma es un periodo de enorme
importancia para los cristianos en tanto que es símbolo de
arrepentimiento, reflexión, penitencia y conversión. Estar preparado
para este periodo de 40 días que finaliza con la Pascua, con la fiesta
por la resurrección de Cristo, es uno de los objetivos del Vía Crucis
que acogió ayer la catedral de la capital palentina.
Vía Crucis en el interior S.I. Catedral |
A la hora prevista, partieron hacia la seo los pasos del Cristo de la
Misericordia y la Virgen de la Amargura, acompañados en procesión por
las nueve cofradías palentinas y sus bandas, en el que se puede
considerar ya el primer gran acto previo a la Semana Santa.
Las procesiones se encontraron a las puertas de la Catedral, donde el
Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Amargura quedaron
enfrentados en un momento de gran recogimiento. Desde allí accedieron a
su interior, donde se procedió al Vía Crucis.
El obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, que fue quien propuso la
idea de celebrar este Vía Crucis como heredero del que se celebró el año
pasado coincidiendo con el Año de la Fe- pronunció a continuación el
anuncio cuaresmal.
El obispo inició su mensaje llamando «a todos los palentinos para que
participen masivamente en los actos programados en esta Semana Santa», y
recordó que el Papa Francisco «ha valorado muy positivamente el papel
que juega en la vida del cristiano».
A continuación, rememoró la Semana Santa a través de las procesiones,
tallas y cofradías palentinas, desde el Viernes de Dolores al Domingo de
Resurrección.
Finalmente, agradeció la labor de todos los miembros de las Cofradías
Penitenciales por «trabajar denodadamente en sus locales decorando las
imágenes, preparando los pasos y disponiéndolo todo, para que esté
preparado para las procesiones de la Semana Santa».
Fuente: Diario Palentino
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